domingo, 9 de enero de 2011

Un año más, los mismos sentimientos...



Y aquí estamos otra vez, un año más. Año tras año nos vamos proponiendo metas, objetivos que se deben cumplir a lo largo de ese nuevo año, pero , que ,muchas veces no se cumplen ni por casualidad. Siempre queremos empezar bien el año, con alegría, con los amigos, con la persona que mas quieres... Yo lo empecé así, feliz, simplemente feliz. Dejé el año junto a mi familia y, recibí el nuevo año con mis amigas, con la persona que más quiero... Feliz porque en esa fiesta que todos queremos tener, estaban las personas que quería. Todo empezó como quería , todos alegres, con ganas de fiesta, de estar juntos. Poco a poco, como era de esperar, la fiesta se fue apagando, como algo tan simple, que de los mojitos, se pasó a la Fanta, y de la alegría, pasamos a la depresión. Parte de esa depresión que rondaba el ambiente llevaba mi nombre, por lo de siempre, por no saber actuar, por no saber que hacer, por pensar que hacia bien las cosas, bueno, al menos mejor que antes, y no ver que la estaba cagando enormemente, por no ver que claramente no era así, y ya no puedo más, necesito cambiar...
Sé que nada será como antes, que he cometido muchos fallos irreparables, demasiados, y no puedo permitir que se repitan. Nunca me lo perdonaré, y pediré perdón por fallarla todos los días, a élla. Por hacer que una lagrima saliera de sus ojos. Esa mirada que todos los días me ilumina el día, esa mirada que al imaginar la cosa más bella está, esa mirada que al cerrar los ojos aparece, y lo ilumina todo... Hoy en día la gente no cree en ángeles, pero yo si, porque conozco a uno, y es la persona que más quiero en este mundo. Sé que a los ojos de la gente puede resultar más o menos guapa, con mejor o pero cuerpo, pero para mí es perfecta, y sobre todo y es lo que cuenta, es la mejor persona de mi vida. Ella es perfecta para mí, su forma de ser es única, y por mucho que tenga miedo por ello, NUNCA me cansaré de ella, pase lo que pase. Ni se imagina lo mal que lo paso cuando estamos mal pensando que pueda perderle, y no soy tan fuerte como para imaginar mi vida sin élla. La quiero tanto... y lo sabe, y por eso estas palabras no sirven de nada, porque aunque nunca pueda decirla todo lo que siento por élla y, lo mucho que la quiero, intento demostrárselo siempre que puedo, y muchas más veces se lo demostraré, porque es única, porque no le olvido, porque es mi vida, simplemente, porque la quiero...

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